Este artículo apareció en la edición de CNT de julio (escrito por Miguel Cancio)
El dictador Castro, una vez más, mercadea con la población cubana y, de forma especial, los presos políticos, pero se niega a abrir Cuba al mundo, a decretar una amnistía y reconocer los derechos democráticos.
El último Congreso del Partido Comunista Cubano ha mantenido la línea dura, condenado la "partitocracia" y consagrado el Régimen dictatorial, orwelliano (hay un comisario en cada bloque, cuadra, hotel, grupo artístico, deIegación exterior...) de Partido Unico. Como la situación socio-económica de la dictadura castrista es desastrosa, con el Papa y con quien sea, la nomenklatura castrista busca ganar imagen,hacer propaganda, conseguir divisas, para seguir en el poder. Lo que viene haciendo en los 39 años de férrea, corrupta y sanguinaria dictadura (4 años más que la franquista).
Cualquier observador imparcial verifica que las llamadas al dictador Castro a la democracia hechas por todos los presidentes del gobierno españoles (incluido su amigo Gonzalez. El felipismo mantuvo unas lineas privilegiadas con la dictadura castrista, que ahora continua económicamente en la Isla), por la Unión de Estados Americanos, por la Unión Europea, etc., nunca han sido secundadas por la dictadura castrista.
La situación económica es desastrosa. Con este título publicaba Le Monde un esclarecedor articulo sobre la situación de Cuba, en pleno apogeo del viaje del Papa a la isla caribeña. Para contribuir a una mayor y mejor información y debate, basados en análisis fundados sobre Cuba, demos algunos de los datos contenidos en dicho trabajo, que hablan por si solos. Datos que deben conocerse, divulgarse en España, Canadá... para salir al paso de tanta manipulación interesada sobre la dictadura castrista.
1. Los "dólares imperilistas" de los «gusanos» salvan a muchos cubanos.
«Un desastre». Esta expresión utilizada por numerosos cubanos, es sin duda, la más apropiada para caracterizar la situacián económica de su país. Una parte de los once millones de cubanos sobrevive mejor que los otros, gracias al-apoyo de dos millones de exiliados -cerca del 20% de la población instalados principalmente en los EEUU (sobre todo en Miami). Desde julio de 1993, fecha de la autorización de que los cubanos puedan tener dólares en Cuba y usarlos en sus intercambios económicos (antes, se usaban igual pero en el mercado, «bolsa negra» que lo dominaba y siguen dominando todo), las remesas de los emigrantes no dejan de aumentar. La contribución anual de Moscú y de los "países hermanos" a la economía general de Cuba se cifraba, a finales de los años 80, en alrededor de 6.000 millones de dólares (del orden de 900.000 millones de pesetas).El volumen total de las remesas de los emigrantes ha alcanzado la cifra de 800 millones de dólares en 1997 (120.000 millones de pesetas), según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Economistas independientes evalúan el monto de estas remesas en más de 1.000 millones de dólares Estas remesas aportan a Cuba más que los ingresos netos del turismo (la 1a actividad económica de Cuba) y que la industria azucarera (la 2a actividad económica).
2. Los problemas del turismo y de la caña.
El turismo, cuyo crecimiento ha sido de alrededor del 20% anual desde 1990, es el único sector que podría darle la vuelta a este reparto de recursos. Pero el objetivo de las autoridades, de pasar de 1.2 millones de turistas a 2 millones en el año 2.000, plantea numerosos problemas. Esta apuesta por la cantidad choca con la estructura del sector que funciona como una colosal máquina de importaciones. Además, el margen de beneficios conseguido debe compartirse con las sociedades extranjeras que han invertido masivamente en dicho sector. Un dólar neto de ingresos, conseguido en el sector turístico, cuesta producirlo un 40% más que un dólar neto del azúcar. De hecho, el gobierno cubano no ha efectuado ninguna reforma de fondo, susceptible de modificar el funcionamiento estructuralmente deficitario de la economía. Los mercados libres agroalimentarios no han sido autorizados más que después de una larga resistencia de los duros del partido, basada en el respeto a los dogmas marxista-leninistas-estalo-castristas.La industria azucarera aporta un buen ejemplo de la ineficacia probada del latifundismo del Estado cubano. Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el rendimiento medio mundial de la caña de azúcar, de 1992 a 1994, fue de 60 toneladas por hectárea. En Cuba, esta cifra cae a las 34 toneladas por hectárea, a pesar de que este sector no sufre la reducción de medios impuesta a causa del periodo especial. En los años 1995 y 1996, este sector ha recibido alrededor de 600 milliones de dollares (90.000 milliones de pesetas) para financiar su actividad. 3. No hay reformas de fondo en Cuba. La apertura a la inversión extranjera y al turismo, la legalización de la posesión y uso de los dólares, la reapertura de mercados libres agrícolas, la autorización de comerciantes independientes, han sido, asimismo, medidas forzadas por la situación de emergencia. Estas medidas no parecen insertarse en un plan global. No dan paso a otro sistema, sino al fin del anterior, completamente ccrrado, y que se puso en marcha, bajo la plena dependencia de la URSS, a partir de 1968 con el lema "ofensiva revolucionaria".
En las condiciones actuales, sería necesario un crecimiento del 5%, al menos durante cinco años, para recuperar el nivel de 1989. En cuanto al futuro del país, éste está ligado a un grave problema que el Estado cubano silencia, el de la deuda externa. Esta aumenta cada año. En 1996, el déficit comercial alcanzaba la cifra de 1.700 millones de dólares (250.000 rnillones de pesetas), un montante superior al ingreso bruto por turismo del mismo año (1.300 millones de dolares=195.000 millones de pesetas).
Al importar dos veces más (en valor) de lo que exporta, Cuba agrava su déficit. La deuda acumulada de la isla alcanza la cifira de 10.000 millones de dólares (15 billones de pesetas), con relación a los países occidentales y el residuo estimado de la deuda hacia Rusia sería de 24.000 millones de dólares (3,6 billones de pesctas).
Un factor diferencia a Cuba de los países subdesarrollados: el alto nivel de cualificación de su población (que ya lo era, en términos comparativos con el resto de los países de America Latina e, incluso, con España, en los años 50. A la que superaba en muchos aspectos) Ello debería ser una baza para el futuro, el día en que la política general de Cuba sea otra. Después de este resumen del artículo de Le Monde demos algún punto más.
4. En Cuba gobierna absolutamente la nomenklatura marxista-leninista.
La nomemklatura castrista (el Partido Comunista Cubano acaba de conseguir todos los escaños en las "elecciones" de 1998) sigue apostando por la defensa a ultranza de sus privilegios marxista-leninistas-estalinistas que les garantiza el Régimen de Partido Unico. Al que no quieren renunciar, del que siguen cantando las excelencias... Lo que no les impide alardear de caros productos «capitalistas» (dentro y fuera de Cuba), mientras que la mayoría de la población, sin expectativa de que las cosas cambien, tiene que hacer diariamente grandes esfuerzos para alimentarse, conseguir jabón, aspirinas... Los que hemos estado en Cuba, visitado todo tipo de lugares, hablado con todo tipo de gentes, con miembros del Partido, de las Juventudes Comunistas, nos han dado cuenta (ellos hablan de «sociolistos»...), hemos comprobado la corrupción, la degradación política, moral y social de la Isla.El dictador Castro y su nomenklatura deben dejar de secuestrar al pueblo cubano, de utilizarlo como coartada, de mercadear vergonzosamente con sus sacrificios y grandes carencias, ¡y con los presos políticos!, y deben abrir Cuba al mundo, decretar la amnistía política y dar paso a la democracia.
Por cierto, a Castro pocos le llaman dictador y a su Régimen dictadura.