El Comité de Relaciones Anarquistas (CRA) de Venezuela une su voz a las diversas agrupaciones que en todo el país protestan por la construcción de una línea de transmisión eléctrica, que parte desde la Central Hidroeléctrica Macagua II, cerca de Puerto Ordaz, en el Estado de Bolívar, hasta la capital del Estado de Roraima en Brasil. Ese proyecto implica deforestación, movimientos de tierra y edificación de instalaciones que afectarán unas 1600 hectáreas de territorio venezolano, pues el trayecto del tendido (que comprende ubicación de torres, construcción de subestaciones y corredor de servicios) atravesará con una franja ininterrumpida de 140 mts. de ancho la región que va entre sus puntos de origen y destino.
En el lado venezolano, ese trayecto pasa por tres areas que el propio regimen legal vigente en el país ha considerado que deben ser protegidas especialmente: la Reserva Forestal de Imataca, el Parque Nacional Canaima y la Zona Protectora Sur del Estado de Bolívar. Tal protección especial obedece a las condiciones de particulares de biodiversidad, recursos hídricos, topografía y geología que hacen del flanco norte de la Amazonia - la región de Guayana - un auténtico Patrimonio Natural del planeta, donde cualquier intervención de la tecnología moderna debe ser vigilada cuidadosamente por su potencial efecto destructivo en un ámbito natural insustituible.
En este caso, denunciamos que se propone una obra que sera catastrófica desde todo punto de vista. Aquí se plantea deforestar no solo en los bosques de la Reserva de Imataca y de la Sierra de Lema (sobre los cuales pende también la amenaza de la explotación aurífera), sino que la trocha se extenderá por las nacientes de los rios Karuai, Aponguao y Carrao, todos ellos afluentes importantes del rio Caroni. Abrir allí una cicatriz de 140 metros de ancho tendría un impacto ambiental que no se podrá determinar con exactitud debido al mismo desconocimiento que se tiene acerca de la zona, pero respecto al cual precedentes similares indican que la destrucción sería inmensa.
Por si fuera poco, ni las comunidades indígenas ni los habitantes criollos han sido tomados en cuenta en este proyecto, pues aparte de la ausencia de consultas o solicitud de opinión, se ha llegado al extremo de hacer pasar el tendido eléctrico por diversas poblaciones, originando una seria amenaza para la salud y la seguridad de la gente que allí vive. Agréguese a lo anterior que el trazado de la línea tiene un impacto visual y paisajístico tan negativo que hasta las empresas ligadas al turismo en la zona se han unido a la protesta general.
La decisión sobre esta obra deriva del contrato que firmaron en febrero pasado dos empresas estatales de electricidad, EDELCA de Venezuela y ELECTRONORTE de Brasil. En ese acuerdo, la empresa venezolana se compromete a realizar una obra por 90 millones de dólares, que durante 10 años venderá a su contraparte brasilera el kilovatio-hora por 9 bolívares, cuando en Venezuela se esta pagando hasta 39 bolívares por el kilovatio-hora. Además, se estipula que si para el 31 de diciembre de 1998 EDELCA no ha construido el tendido hasta la linea fronteriza, tendrá que pagar una penalidad de 5000 dólares por cada día de retraso, que se elevará a 35000 por día luego de tres meses.
Nuevamente, el Estado venezolano se asocia al sostenido esfuerzo depredador que el Estado brasilero viene realizando en el norte de la Amazonia. Desde hace tiempo, pero particularmente en esta presidencia de Rafael Caldera, los pretextos de "apoyar la integración bi-nacional" y "desarrollar las fronteras comunes" han servido para justificar convenios que favorecen intereses estratégicos de los gobernantes de Brasil, tanto para saquear a bajo coste las riquezas naturales amazónicas como para desaguar en esa region las tensiones sociales que se originan por la opresión e injusticia que se padece en las zonas más densamente pobladas del país. Por supuesto, las víctimas fundamentales de ese proceso son el medio ambiente destruido irreversiblemente, los indígenas exterminados sin piedad, y los "caboclos", mestizos pobres que son carne de cañón para la guerra contra la Amazonia.
En Venezuela, diversas agrupaciones e individuos hemos iniciado la denuncia de este proyecto y la movilización contra su ejecución. En particular, debe destacarse el esfuerzo de la Federación de Indígenas del Estado de Bolívar, quienes hace tiempo estan en primera línea en la lucha contra los amenazantes planes de explotación minera en la región, y que ahora también han asumido el objetivo, proclamado en su asamblea anual de abril de 1998, de: "Rechazar enérgica y categoricamente el proyecto de interconexión eléctrica con Brasil" y "Exigir la paralización total e inmediata de los trabajos que actualmente se adelantan para la instalación de torres y subestaciones".
En cuanto a los anarquistas venezolanos, nos hemos propuesto participar en la organización y las acciones que definan colectivamente quienes se interesen en esta lucha, comenzando por la tarea de difundir la situación por los medios a nuestro alcance. En tal sentido, va este llamado a l@s compas de todo el mundo para que divulgen lo planteado, y también para que hagan saber a los gobiernos de Venezuela y Brasil de la oposición mundial contra este intento por electrocutar a la Amazonia.
C.R.A. (Comite de Relaciones Anarquistas) - Venezuela
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